Las Pendientes- Valeria Maculán

Por SAIGON ART MAG 28 de septiembre de 2023

Imágen por @LAVAC

En su extensísima trayectoria, Valeria Maculán cuestiona sobre el plano pictórico y las expresiones sociales mediante los símbolos y los materiales para elaborar su propio lenguaje no verbal, buscando con sus obras trascender el formato tradicional, explorando la pintura, la arquitectura y el orden, presentando algo nuevo sin nostalgia por los pinceles, Maculan vive y trabaja entre Madrid y Buenos Aires, mediante su práctica artística explora el uso de las formas como medio para la expresión de expresar un cuerpo social, físico y psicológico, explorando los distintos componentes del objeto artístico para crear sus obras, que a veces se quedan en el plano del lienzo y otras van más allá, realizando un trabajo sobre el lenguaje de la pintura y lo pictórico. 

Sus obras abandonan el muro para usurpar el espacio y jugar con la arquitectura, entre el ornamento y el orden, buscando, buscando salirse de la tradición, presentando siempre algo nuevo y distinto a lo anterior, donde lo pictórico subyace bajo los velos y las formas, pero sin recurrir a la nostalgia del lienzo y los pinceles, trabajando sin utilizar ni bocetos ni esquemas, su obra se crea a partir de la transformación de las necesidades de su propia naturaleza, entiende la creación artística como un proceso que trasciende al diseño. 


Una dinámica muy vinculada a la producción de Oskar Schlemmer, en relación con la Bauhaus y los movimientos contraculturales de la Alemania de entreguerras, Schlemmer estuvo desarrollando una investigación sobre “La figura humana como forma esencial por  su rigurosa  composición  estequiométrica” el resultado fueron una serie de grandes relieves sobre las paredes y pinturas en las que estudiaba las distintas formas del cuerpo humano, posteriormente en 1922, siguiendo la misma línea de investigación, produjo el  Ballet Triádico con el que situaba sobre el escenario figuras y vestuario, no era un ballet en el sentido ortodoxo, sino de una combinación  de  danza, vestuario,  pantomima y música, una performance de varias horas de duración, la acción la desarrollaban tres actores, tres actos y con dieciocho cambios de vestuario, buscando la lógica geométrica de los números que forman la obra, para Schlemmer el estudio del cuerpo humano fue una constante durante toda su carrera como artística, en estos estudios incluyó el vestuario como una extensión del cuerpo que funciona para modificar las formas del relieve del cuerpo humano.



Para esta contenida exposición de Abierto València en la galería Jorge López, todo el contenido principalmente en dos grandes formatos compuestos por móviles que cuelgan del techo, hechos a partir de la silueta de la propia artista, ella explica como desde hace unos años su producción se trata de liberar la pintura del espacio mediante el uso de los materiales a partir del trabajo de investigación y buscando alejarse de las maneras que se enseñan tradicionalmente en los estudios de Bellas Artes, a partir de aquí salen dos series: “Boneless” con figuras hechas de telas superpuestas para el estudio de los materiales pictóricos, y la serie “Esqueletos”, que es la que presenta en esta exposición, se trata de huesos y pintura suspendidos en el aire, que durante el proceso de montaje desarrollan un carácter antropomórfico deformado las anatomías, lo que presenta es un proyecto de activación de los cuerpos, tomando como precedente a los autómatas griegos y la figura de Frankenstein, delimitando durante el proceso creativo la artista su propia silueta en papel, para luego pasarla a madera y articular las partes, de este modo, al darle movimiento, las figuras se transforman en actores y la galería en espacio escénico, el proceso de esta muestra parte desde la lectura de Frankenstein para darle la vuelta a lo inerte y rediseñar la anatomía humana, las obras se convierten en cuerpos, esculturales, y no en siluetas.



Su trabajo está atravesado por lo lúdico y lo transportable, para esta serie estuvo investigando sobre el teatro griego como punto de partida figuras como las gorgonas y las furias, también las máscaras del teatro griego “prosopon”, trabajando su producción a partir de maquetas, el trabajo queda entre el “Circo de Calder” con el que Alexander Calder construyó a escala un espacio circense compuesto por distintas figuras pertenecientes a otro mundo que parece que actúan por tener piezas articuladas.



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