LA MOSTRA. Visiones de Gaza
VISIONES ALTERNATIVAS. LYD Y 200 METERS
Por Paco Caparrós 24 de diciembre de 2024
Aunque La Mostra es un festival de cine documental, no todas las películas del ciclo son documentales, también hay espacio para la ficción y las comedias románticas en las salas de proyección de los Cines Babel, y películas como LYD (Rami Younis, Sarah Ema Friedland, 2023) y 200m (Ameen Nayfeh, 2020), son narraciones de historias ficticias, que, a diferencia del resto de documentales del ciclo, acercan al espectador a una visión de la realidad gazatí más privada y que solo se puede representar desde la ficción, como el amor al margen de la ocupación, realidades alternativas a la ocupación israelí o la historia de una familia dividida por la frontera terrestre.
En este sentido LYD es un filme entre el documental y la animación en tres actos sobre la ciudad palestina Byd, ahora ocupada y rebautizada como “Bod” por los colonos israelís, la película explica el proceso de colonización del territorio palestino desde la nakba hasta 2021, y propone un universo alternativo, animado, en el que conviven juntos musulmanes y judíos en Palestina.
El documental recoge testimonios de sobrevivientes de la nakba y de refugiados palestinos para reconstruir el proceso de conquista del territorio palestino y el borrado de la identidad palestina utilizando mecanismo como la destrucción de las viviendas de los antiguos ciudadanos musulmanes, para construir sobre sus ruinas viviendas para los colonos judíos.
El documental recoge testimonios de sobrevivientes de la nakba y de refugiados palestinos para reconstruir el proceso de conquista del territorio palestino y el borrado de la identidad palestina utilizando mecanismo como la destrucción de las viviendas de los antiguos ciudadanos musulmanes, para construir sobre sus ruinas viviendas para los colonos judíos.
El Estado de Israel se ha levantado bajo el argumento de que Palestina era una tierra vacía y sin habitantes, este mito se ha utilizado desde el principio de la invasión para justificar el proyecto colonial sobre el territorio Palestino. Realmente Israel se funda con la a nakba, el proceso sionista de expansión israelí y expulsión de la población nativa palestina en 1948, cuando casi un millón de palestinos fueron expulsados de sus casas y desplazados a Gaza o a Egipto y Líbano, un proceso de limpieza étnica que funciona al mismo tiempo la base para la construcción de la memoria palestina.
Situación que describe el documental con testimonios de ancianos supervivientes de este proceso que explican como fueron expulsados de sus casas para que habitaran colonos en su lugar, sin permitirles regresar. De hecho el estado israelí prohíbe el regreso a sus hogares de los palestinos refugiados, exiliados durante la nakba, lo que supone una violación del artículo 13.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por la que cualquier persona tiene el derecho a salir de cualquier país -incluyendo el suyo- y retornar.
De hecho, aproximadamente el sesenta por ciento de los municipios palestinos ocupados fueron totalmente destruidos y reconstruidos, el veintidós por ciento fueron ocupados colonos, usurpando la propiedad de la población autóctona, no solo es que se impide el regreso de los refugiados, es que también se les ha robado sus bienes y hogares, ha desaparecido la mayor parte de los espacios, comercios, mezquitas, escuelas y campos, además de los bienes muebles que quedaron en las casas de los palestinos refugiados y que fueron robados por los colonos.
Lyd habla también del memoricido de la nakba como el proceso de borrado de la existencia de la identidad i la memoria árabe en el territorio ocupado como eje principal del programa colonial y que implantó desde el inicio del proyecto de Israel como estado. Tanto el gobierno, como los medios de comunicación, la educación en las escuelas y los emplazamientos físicos evitan cualquier referencia a que el suelo sobre el que se construye el estado judío había pertenecido anteriormente a Palestina y los palestinos.
Lo que también se lleva a cabo mediante acciones como la eliminación del vínculo palestino con la tierra y la naturaleza, forma parte del proyecto colonial judío la sustitución de la flora autóctona, principalmente el olivo, árbol identitario del pueblo palestino, por árboles europeos como el pino, acción por la que el Fondo Nacional Judío borra la memoria palestina y establece una relación cultural con Europa.
Por otro lado, 200m es un drama sobre un padre palestino que no vive en la Franja de Gaza, sino en Jordania, a solo doscientos metros de la casa de su familia, pero separados por la frontera. Para visitar a su mujer y sus hijos, el protagonista necesita cruzar diariamente los checkpoints de la frontera, para lo que necesita un permiso de trabajo en regla y llegado el momento su permiso caduca y le resulta imposible cruzar la frontera por la vía legal.
Justo en el mismo día en el que su hijo es atropellado en un accidente de tráfico y es ingresado de urgencias en el hospital, es por este motivo que el protagonista se sumerge en la gesta de cruzar la frontera de manera clandestina, que le costará todo el día, pasando por toda una serie de situaciones que entorpecerán su camino hasta que finalmente llegará al hospital para ver a su hijo y al día siguiente tendrá que volver a cruzar la frontera para regresar a su casa en Jordania.
El modelo colonial israelí promueve el sistema de apartheid que garantiza la separación entre la población nativa y la etnia colonial mediante el uso de mecanismos como el que en la Cisjordania actual los colonos israelís se atienen a la ley civil israelí, pero los palestinos se rigen por la legislación militar israelí, lo que implica el uso de dos modelos legales distintos sobre un mismo territorio y que caracteriza el apartheid israelí. El país fundado en 1948 inició un modelo basado en la Sud ́África del apartheid bajo una lógica de aislamiento y exterminio que se mantiene hasta hoy.
Actualmente cerca del 20% de la población del territorio ocupado son judíos israelís y desde el año 1985, el congreso israelí considera validos en el modelo democrático solo los partidos políticos que reconocen a Israel como el “estado del pueblo judío”, por lo que el Israel no considera que el estado pertenece a la ciudadanía en su conjunto sino solo a los miembros de la comunidad judía, por lo que la identidad “israelí” es indisociable de una única identidad nacional, étnica y religiosa que excluye y reprime la identidad palestina.
según la Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid, el crimen de apartheid se define como la “realización de prácticas y políticas análogas de discriminación institucionalizada cometidas con el fin de mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre otro grupo racial de personas y de oprimirlos sistemáticamente” es precisamente la base sobre la que se sostiene el estado israelí, pero que al no formar parte de esta convención, ni al Estatuto de Roma, no se le puede exigir responsabilidad internacional al gobierno judío por estos crímenes.
Por este motivo toda clase de entidades como la organización de derechos humanos israelí B'Tselem, se han dedicado a la investigación y confirmación de las violaciones de derechos humanos del Estado de Israel.
En el año 2021 B'Tselem emitió un informe en el que mencionaba: “El ́régimen Israelí promulga en todo el territorio que controla (territorio soberano de Israel, Jerusalén ́Este, Cisjordania y la Franja de Gaza) un régimen de apartheid. Un principio organizativo que se encuentra en la base de una amplia gama de políticas israelíes: promover y perpetuar la supremacía de un grupo, los judíos, sobre otro, los palestinos”. Esta organización israelí niega a Israel como una democracia, también rechaza la ocupación de Palestina.